martes, 19 de octubre de 2010

Practica: Uso de las Letras2



LEE, PIENSA Y SUBRAYA

                              En los siguientes textos subraya las palabras que están mal escritas y explica por qué:


Era una muda hincreíble. Se llamaba doña “H”, la muda. Su vida fue turbulenta hi movediza ha más no poder. ¿Qué acía? Ay que preguntar mejor qué no acía: acía de todo. Su mudez abía sido largamente compensada por sus hojos que ablaban por los de diez mujeres. Hera una bárbara. Bastaba verla para perder el haliento. Se abía dado maña para henamorar a cinco ombres ha a la vez. Todos bebían los vientos por hella. 
            Heran hunos hojos ipnotizantes como los de huna boa; su mirada hera henloquecedora, cargada de chispas heléctricas:

¿Hustedes pensarán que la muda tuvo una vida triste ha merced del destino? ¡Qué va! Se trataba de gozar de la vida y hella la gozó. Si hestaba equivocada ho no, no lo sabemos, pues los seres umanos an buscado siempre formas raras de ser felices. Hella supo ser feliz ha su manera.
¿Quién abría podido impedírselo? La naturaleza la privó del abla, pero sus ansias de felicidad compensaron la falla. Supo ser leal y buena y jamás quiso entrar en los juegos sucios de la sociedad. Ella amó y fue hamada.
Carecía de lenguaje pero no del sentido de lo real.

         La turbulenta vida de una muda.
      Tomado de “Manual de Ortografía”                        
De Alfredo Valle Degregori.



La hera de los éroes no a pasado. Sólo que los éroes cambian de haspecto y de camisa. La umanidad a tenido siempre éroes: no puede vivir sin hellos. ¿Por qué? Porque los éroes los recuerdan a los umanos los seres que ellos quisieran ser. Los éroes son los modelos. Cada hépoca se fabrica sus modelos. Y actividades.
           
Hen nuestra época ay éroes de la belleza y la simpatía como serían las mujeres bonitas, los ombres guapos, muchos de los cuales son artistas del cine y la T.V. Ay también éroes de la canción y de la farándula, de la música, la pintura, la escultura, la literatura y todas las hartes. Ay también éroes de todos los deportes, hespecialmente el fútbol. Ay éroes de las diferentes ciencias y éroes de la política. Sin embargo, hexisten éroes que rebasan estos moldes: serían haquellos que dan la vida por su hideal, sobre todo si este hideal hes puro, noble hi desinteresado.
           
No obstante, todos hesos eroísmos quedan opacados y hoscurecidos por un éroe umilde y hanónimo que se habre cada vez más campo en la vida de oy: se trata del ombre del pueblo, de la persona común y corriente.
El verdadero éroe de nuestros días es el pueblo mismo, a través de sus representantes, es decir, haquellas personas que no tienen nada de hextraordinario como el hama de casa, el hempleado, el hobrero, el trabajador, el ombre y la mujer que luchan diariamente por subsistir. El mundo hactual cada vez quiere menos a éroes fantásticos; nos va gustando cada vez más el eroísmo difícil de la lucha diaria por la vida.

      La era de los héroes.
                       Tomado de “Manual de Ortografía”,
de Alfredo Valle Degregori.
   

  


USO DE LA MAYÚSCULA

                       En el siguiente texto, subraya solamente las palabras que deben escribirse con inicial mayúscula. De acuerdo a lo estudiado en clase.



la lectura de “ifigenia” me sugirió este tema. la juvenil maría alonso, protagonista de esta novela autobiográfica, me hizo pensar en la presencia literaria de la mujer. ésta siempre ha sido motivo de inspiración para los poetas, de estudio para los investigadores, de reflexión para los filósofos. de allí que le hayan dedicado no sólo poemas, sino libros completos. como motivo de problemática filosófica aparece en “el amor, las mujeres y la muerte” de schopenhauer. con criterio didáctico – moralizador la vieron severo catalina en “la mujer” y fray luis de león en “la perfecta casada”. con fervor exegético la exaltó lucía caña en “el eterno femenino.

sicológicamente la estudió gina lombroso en “el alma de la mujer”. y pedagógicamente lo hizo víctor mirget en “la educación de la mujer contempóranea”. asimismo, la mujer figura como personaje protagónico en las obras literarias de mayor celebridad.
bastaría recordar a las mujeres que representan símbolos humanos: en la “antígona” de sófocles, en “la celestina” de fernando de rojas, en “manon lescaut” del abate prevost, en “la madre” de máximo gorki, en la “amada inmóvil” de amado nervo.

también la mujer embellece con su efigie espiritual las antologías poéticas, las monografías y los ensayos. hasta existe un libro de reciente data que registra la presencia de la mujer en la literatura. sin embargo, aún no se ha escrito la obra completa que este motivo literario reclama y merece.

            creo yo que se podría escribir un libro, todo un libro, con el epígrafe de este ensayo, en él se registraría en tres estancias la presencia de la bíblica tentadora. en la primera estarían, en someros y sugestivos escorzos, las más notables escritoras.

desde safo, la eterna poetisa griega, pasando por la santa  de ávila, george sand (aurora dupín), emilia bronte, beecher stowe, pearl s. buck, hasyta gabriela mistral y teresa de la parra, la sutil y deliciosa novelista venezolana. y aún las más próximas, como la precoz e infortunada autora del “diario de ana frank” y la sensual y talentosa francois sagan. en la segunda desfilarían aquellas mujeres que protagonizan las obras cimeras de la literatura universal. se comenzaría por la encantadora shehrazada de “las mil y una noches”, y pasando por la bellísima elena de la “iliada”, la alucinante dulcinea de “don quijote”, la triste y sensual margarita de “la dama de las camelias”, la desdichada ofelia de “hamlet”, la sentimental maría de jorge isaacs, hasta la bravía y exuberante doña bárbara de rómulo gallegos. y, en la tercera estancia se recogería el pensamiento antológico sobre la mujer.

                                      (Estancias del tiempo. Julio Galarreta Gonzáles, peruano).




Lic. César Alvítez Bazán
IEP. Mariano Melgar
Trujillo

 

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